El Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León inaugura hoy "The End", una muestra fotográfica de Cecilia Orueta sobre los cierres mineros

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Las películas de Hollywood terminaban siempre con una expresión: The end (Fin). Fueron, de hecho, las dos primeras palabras en inglés que muchos españoles aprendieron gracias al cine. En los poblados mineros, donde la realidad recordaba el ambiente de las películas del Oeste que tanto se proyectaron en la segunda mitad del pasado siglo, la expresión The end pasó al imaginario popular con el halo épico y crepuscular de aquellas películas que contaban historias no tan lejanas a las de los mineros españoles.

Este trabajo fotográfico emana de ese aroma cinematográfico, de derrota de una ensoñación, que el fin de la minería ha dejado en los pueblos mineros y en las personas que los habitaron o que continúan viviendo en ellos. Una historia de 150 años ha terminado y lo que quedan son las imágenes de una película que se va convirtiendo poco a poco en ruina y en memoria. 

La propuesta fotográfica de Cecilia Orueta, que ha llevado a cabo a lo largo de un año a raíz del cierre el 28 de diciembre del 2018 de la mina La Escondida, en León, la última que quedaba abierta en esa provincia, se centra en los territorios mineros de León y de Palencia, dos de los más afectados por el final de la minería, pues esta era prácticamente un monocultivo en ellos. Acompañan a la selección de cincuenta y tres fotografías textos de varios autores que a lo largo de la historia han escrito sobre la mina y los mineros y testimonios de prensa y de algunos de los fotografiados. Como escribió uno de esos autores, el paisaje es memoria y la memoria de la minería que durante siglo y medio dio vida a esos territorios sigue latiendo en esos lugares y es nuestro deber preservarla, cada uno desde su posición.

Una selección más amplia de las imágenes descartadas para su impresión se puede ver en un montaje audiovisual que se proyecta de forma continua en un cuarto oscuro.

CECILIA ORUETA

Diplomada en Restauración de pintura, entre los años 1983 y 2004 realizó numerosos encargos para entidades privadas y públicas de España, Francia y Alemania. Durante este periodo profesional, ya utilizó la fotografía como herramienta de trabajo para los informes de restauración.

Poco a poco, la fotografía, no obstante, pasa de una actividad profesional a convertirse en una pasión, primero, y en su principal dedicación después. Le interesa la fotografía como construcción narrativa que tiene que ver con el paso del tiempo y con la búsqueda de las huellas de las personas o los acontecimientos que le interesan y que le sirven de inspiración para buscar imágenes que no siempre coinciden con los lugares concretos (aquí estuvo, aquí fue), sino que son el resultado de la búsqueda en sí misma.

Cuenta con numerosas exposiciones individuales y colectivas, audiovisuales fotográficos, reportajes para distintos medios de comunicación y varios libros publicados.