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Exposición de Amparo Sard: "El peso de la aberración"

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Fecha de inicio:

30 de julio de 2021

Fecha de finalización:

23 de enero de 2022

Hora de inicio:

De martes a viernes, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 hrs. Sábados, domingos y festivos, de 11:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:00 hrs. Lunes cerrado (excepto festivos).

Colectivo destinatario:

Todos los públicos.

Precio:

Gratuito

Tipo de evento:

Exposición

Entidad organizadora:

Domus Artium 2002 (DA2), con la colaboración de Fundación Balearia y Espacio Nuca

Lugar de celebración:

Sala de Exposiciones la Salina

C/ San Pablo, 24. C.P.: 37002 Salamanca.

923 293 100

http://www.lasalina.es/

Diputación Provincial de Salamanca

Más información

Directorio completo

Descripción:

Comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta.

Hace tiempo que Amparo Sard empezó a preguntarse sobre dónde está el alma de todo aquello que se presenta ante nuestros ojos, sobre cuál es la trascendencia de esas imágenes que tenemos justo delante. Unas dudas pertinentes que le llevaron a iniciar un camino por cuya senda todavía discurre, un itinerario lleno de búsquedas y hallazgos en el que las acciones de transitar y de sentir son mucho más importantes que el acto de encontrar. Dice la artista que, ahora, estamos ubicados en un punto tan extraño como apasionante, en un instante crítico provocado por una insensibilidad mastodóntica que nos está haciendo quebrar como sociedad y peligrar como especie. Sard, que nunca ha podido trabajar desde la evidencia, se instala en la incertidumbre constante de esos lugares imprecisos y difícilmente comprensibles, en esos espacios donde los conceptos más consolidados e imperativos pierden su jerarquía, su seguridad y su firmeza.

Esa insensibilidad es el efecto más evidente de este devenir contemporáneo que nos ha llevado hasta el punto crítico donde ahora nos hallamos. Dice Virilio que el poder de los mass-media y de la globalización produce, entre muchas otras cuestiones, una “sincronización de las emociones” que nos provoca una distorsión igualadora de la realidad, unas reacciones precarias que generan esa anestesia emocional que nos está abocando a un nuevo y descomunal naufragio. Se puede entrever que algo inquietante subyace bajo esa capa epidérmica en la que la mirada y el entendimiento actual quedan atrapados por un interés fingido, por una solidaridad falsa e impuesta, por un exceso de información manipulada, por la belleza ensimismada y alienante de unas imágenes adulteradas, por una apariencia de realidad resplandeciente provocada por la luz de las nuevas tecnologías que no es más que el reflejo sobre un muro de cristal líquido de unos iconos que pierden su sentido gracias a su reproducción hasta la náusea.

Pero este misterio que subyace puede convertirse en revelación ante el sobrecogimiento que provoca lo sublime, ante aquello que nos atrae y que nos repele a partes iguales, ante el caos, la desmesura y lo inefable, ante lo inasible, lo insondable y lo incontrolable. Como una carcasa que se va quedando sin su contenido, el propio cuerpo de la artista va sufriendo este proceso de vaciamiento, de trepanación, donde los órganos se convierten en una masa abyecta y los huesos se pulverizan, donde ella comparece atravesada por la nada más absoluta, fagocitada por una materia interna que ha entrado en descomposición, una putrefacción de su cuerpo que perfora el dibujo de la carne para convertirse, no ya en una herida, sino en la memoria de una imagen, en un acceso que conecta con todo aquello que permanece en el más allá, con lo oscuro y lo luminoso, con lo bello y lo siniestro. El peso de la aberración es como la carga de la carne muerta sobre nuestras espaldas, como el lastre de las emociones sobre nuestra conciencia, una enorme instalación, un increíble autorretrato, que actúa como una metáfora inquietante de estos tiempos convulsos y extraños. 

*Más información en el archivo adjunto

Información adicional:

Salas 2, 3 y Sala Central