Fundación Siglo para el Turismo y las Artes de Castilla y León
3 de octubre de 2018
15 de enero de 2019
De martes a viernes, de 10:00 a 14.30 y de 16.30 a 20:00 hrs. Fines de semana y festivos, de 10:00 a 20:00 hrs.
Todos los públicos.
Gratuito
Exposición, Instituciones culturales
Museo de la Evolución Humana
Paseo Sierra de Atapuerca s/n. C.P.: 9002 Burgos.
983411312
Correo electrónico (pulse para verlo)
HORTUS SANITATIS. Boticas monásticas y hospitalarias en los caminos de peregrinación
Desde la más lejana antigüedad, el hombre primitivo, sintió el azote de la enfermedad atribuyéndola a la voluntad de los dioses y a las fuerzas ocultas de la Naturaleza. Se dio cuenta de su impotencia ante las enfermedades y, por supuesto, ante la muerte. Pero, muy pronto, y fruto de la observación de su medio natural, vio como los animales, siguiendo su instinto, recurrían a comer determinadas hierbas para aliviar males y dolencias
Surge la figura del chamán, el brujo o hechicero que conoce cada planta, cada mineral, cada ave de los bosques en los que viven y de los que extraen los principios para sus preparados. Son los primeros humanos dedicados a tratar los problemas de salud de sus semejantes. Sus funciones sanadoras aglutinaban especialidades diversas que iban desde la preparación de curas a la intervención –cirugía- más salvaje, acompañadas de danzas para ahuyentar a los malos espíritus, ya que la medicina primitiva contaba con un fuerte componente mágico y religioso.
La figura del brujo se configuró sobre la experiencia y la observación con añadidos mistéricos, convirtiéndose en imprescindible en las comunidades humanas y su prestigio creció entre los miembros de la tribu. Y con ellos nace la farmacopea. El chamán recoge plantas y minerales de su entorno: salvia, romero, sándalo, mandrágora, ricino que mezcla con algunas arcillas y minerales como el cobre, la sal, el aluminio, carbón y antimonio, y con huesos de animales pulverizados, con lo que hace emplastes y recetas que aplica a los enfermos.
De esa observación y la experiencia va evolucionando la farmacopea primitiva desde el Neolítico, en paralelo a la evolución humana. En la Antigüedad Clásica se aprovecharon los hallazgos medicamentosos de Egipto y Oriente. Los árabes mejorarán la farmacia con nuevos elementos y fórmulas. Avanzan el sistema de destilaciones de aceites y aguas, y se inicia la sistematización de minerales y plantas. En Occidente, serán los monasterios los que desempeñen un papel primordial en la historia de la sanidad medieval. Los monjes cuidan sus huertos, donde cultivan plantas medicinales con las que elaboran artesanalmente remedios curativos, jarabes, pócimas y licores reconstituyentes que guardan en el botamen de la botica, para aplicar a los enfermos. A la sombra de sus claustros nacieron las boticas más antiguas que conocemos en España y a su observancia se encomendarán muchos de los hospitales benéficos creados en los caminos de peregrinación para asistencia de enfermos pobres y peregrinos.
Comisario: Juan Ruiz Carcedo
*Más información en el archivo adjunto y en la web del
Museo de la Evolución Humana
La muestra está instalada en planta 1 del museo / Inauguración: 2 de octubre, a las 19:00 hrs.