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Exposición de Néstor Sanmiguel: "Presentes simultáneos"

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Fecha de inicio:

5 de octubre de 2018

Fecha de finalización:

27 de enero de 2019

Hora de inicio:

De martes a viernes, de 11:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:00 hrs. Sábados, de 11:00 a 14:30 y de 17:30 a 21:00 hrs. Domingos y festivos, de 11:00 a 14:30 hrs.

Colectivo destinatario:

Todos los públicos.

Precio:

Gratuito

Tipo de evento:

Exposición

Entidad organizadora:

Fundación Caja de Burgos

Lugar de celebración:

Centro de Arte Caja de Burgos (CAB)

C/ Saldaña, s/n.. C.P.: 09003 Burgos.

947 256550

Correo electrónico (pulse para verlo)

http://www.cabdeburgos.com

Descripción:

PRESENTES SIMULTÁNEOS

La propuesta de Néstor Sanmiguel para el CAB

Nadie está en el presente de otro. La percepción de todo acontecimiento es múltiple y su posible representación ilimitada. La gramática filosófica de Benot (Eduardo Benot. Arte de Hablar. Gramática filosófica de la lengua castellana, 1910) explicaba “que el verbo puede ser pasado, presente o futuro respecto del momento en que se habla”. Como en nuestra lengua, Sanmiguel emplea sus textos en la pintura con una función adverbial para reforzar la noción de simultaneidad. Cuanto sucede, inaprensible en su contemporaneidad, es revivido una y otra vez en nuestra contemplación y en nuestra lectura; las diferentes capas y estratos que Sanmiguel tan pronto oculta como desvela tras las celdas geométricas de su pintura coexisten en un mismo plano temporal con la ejecución propia y con la consideración ajena.

La conciencia y la apariencia; los pensamientos que brotan, serpentean y se pierden; las presencias, el recuerdo de la acción, la memoria detenida, el discurso y las emociones volcadas sin límite en los distintos sedimentos que el artista ha dispuesto en las obras que presenta en el CAB comparten un tiempo sincrónico. [Mis emociones] son complejas y oscuras, y tienen que ver con una cuestión sexual que siempre está presente en mis obras. Esa ha sido siempre mi pelea, la búsqueda del equilibrio entre la luz y la sombra. Soy como Jano, el dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, el que habla por delante y por detrás, el futuro y el pasado a la vez. Como artista no voy a desprenderme de ese lado oscuro” ha comentado Néstor Sanmiguel sobre su obra. Historias en los márgenes.

Las razones de la pintura de Néstor Sanmiguel Diest

La trayectoria de Néstor Sanmiguel (Zaragoza, 1949) no pude ser resumida en la catarata de acontecimientos que han presidido su vida desde el año 2012. Un verdadero suceso, del que se ha ocupado en numerosas ocasiones la prensa generalista y la especializada, que tuvo su epicentro en la feria Frieze de Londres de 2013 cuando en apenas unas horas se agotó el catálogo de sus obras puestas a la venta —ante la mirada desconcertada de no pocos coleccionistas y museos españoles— situó a nuestro artista en el primer plano de la actualidad.

Antes de ese momento Néstor Sanmiguel Diest tuvo muchas vidas: como artista, como trabajador concienciado y militante, como fundador de movimientos artísticos esenciales para la historia de nuestra comunidad, como un creador radical y diferente en suma.

Integrante del colectivo A Ua Crag (1985-1996) y de los equipos artísticos El Segundo Partido de la Montaña (1987-1988) y Red District (1990-1992), donde conjuga su activismo y su posicionamiento político crítico con la experiencia plástica, será a partir de la segunda década de los años noventa cuando pergeñe su obra más personal y diferenciada. La pintura de eco expresionista realizada en los años ochenta fue dejando paso a lienzos más conceptuales, en los que la investigación sobre las formas y el discurso político y crítico seguían presentes acentuados por una nuevo lenguaje. En 2001, al presentar su primera exposición en Alemania que recogía obra desde 1993, Sanmiguel comenta: “Revisitando enigmas [el título de la muestra] me pareció que abarcaba a la perfección mi trabajo entre 1993, cuando trabajaba con formas planas ligadas de una manera extraña al dadaísmo o al surrealismo, y el nuevo siglo, cuando afronto una obra más actual, repleta de superposiciones de información”, y prosigue: “Yo pensé que había hecho unas rupturas grandísimas en mi trabajo, porque emocionalmente así lo he sentido sobre la marcha. Pensaba que de un día para otro iniciaba un nuevo discurso, pero luego te das cuenta de que esos descubrimientos que vas haciendo y que necesitas desarrollar con urgencia, van y se juntan con el paso del tiempo sin que tú siquiera te des cuenta”.

A finales de 2018, en la obra que presentará por vez primera en la exposición del Centro de Arte Caja de Burgos CAB y que el artista ha creado en ex profeso para ella, Sanmiguel revisita de nuevo el trabajo de los años ochenta: trazados geométricos repetitivos, ecos neoplasticistas y empleo de colores flúor, a los que suma ahora el uso del collage con papel prensa, publicidad e impresiones industriales, sin olvidar el uso de la palabra, del texto y de la escritura como herramienta expresiva.

Literatura. Escritura. Pintura

“Durante mucho tiempo hubo que evitar que el trabajo pareciera que tenía una carga literaria muy alta, porque estaba mal visto. Me libero de toda esa pesadilla que es la pintura clásica española. Me refiero a la de antes de los años 2000. Todo eso deja de tener importancia. No solo eso, sino, además, lo acentúo. Porque cuando estás trabajando siempre surgen historias en los márgenes”, declaraba Sanmiguel en una entrevista en 2014. La palabra, el texto escrito incorporado a la obra pictórica como un recurso plástico, se torna imprescindible en el trabajo de Sanmiguel Diest en estos años del siglo XXI. A veces frases, a veces pequeños fragmentos de obras leídas o que acompañan al artista en el proceso de creación de la obra, a veces relatos completos que Sanmiguel encaja con la perfección de un tipógrafo en los bordes de los papeles y telas, o que ocupan significativamente su superficie para adueñarse contundentes de la composición: “Con el tiempo, el hecho de utilizar formas simbólicas hizo que naciera un lenguaje propio. Es lo que suelo llamar ‘formas madre'. Así que manejaba tres formas distintas de hacer literatura dentro de la pintura: las citas, los símbolos y las anotaciones que hacía al margen”, explica Sanmiguel. Se ha apuntado que su mecánica de trabajo semeja un palimpsesto. Trozos de papel con textos impresos (un recibo de la luz o una página de un ensayo), tintas, pigmentos, capas pictóricas superpuestas una y otra vez como una sucesión de páginas (o de pantallas) atrapadas por el peso de cada nuevo estrato de “información contaminada”, según sus propias palabras, sobre las que escribe como un amanuense escritos ajenos. Se ha referido también la cercanía de esta faceta de Sanmiguel al personaje ficticio Pierre Menard, creado por Jorge Luis Borges (“Pierre Menard, autor del Quijote”. Ficciones, 1944 [1939]), quien reescribiría varios capítulos de la obra de Cervantes en una reflexión sobre la autoría y la creación original. Con la variación de escala, de contexto, en la elección del fragmento y en la propia distribución de su escritura, Sanmiguel nos propone una nueva lectura, quizá más consciente y por ello más acabada, en la que los espectadores alternamos nuestra experiencia plástica con la literaria.

Jeroglíficos. Formas. Tiempo

Si mucha de la obra de Néstor Sanmiguel puede entenderse desde la superposición de estratos (no en vano el artista declaró “También en la pintura ‘picas’ para encontrar un objeto. Mi afición por la arqueología es tal que podría decir que me interesa más una colección de puntas de flecha que Las Meninas de Velázquez”), igualmente se intercalan los elementos significantes. Al ya aludido empleo de la grafía, el texto y la palabra se suman formas, normativas a veces, orgánicas otras, que crean una trama en ocasiones indescifrables. Un jeroglífico, una celosía a la que es necesario aproximarse para poder ver con mayor claridad en el interior, creado con una paciencia sin límite. El trabajo manual, ejercido con destreza y cuidado pero sin ocultar los arrepentimientos, los cambios de rumbo o las equivocaciones; el cálculo matemático de la composición; el rigor y la exigencia tanto en el discurso como en el acabado, cuanto en el contenido como en la apariencia; el paso del tiempo y el desdén por su voracidad, en favor de la construcción de la obra, determinan un método que Sanmiguel ha convertido en cualidad: “[…]está el gusto por la cuadrícula, los procesos mecánicos, la meticulosidad y el no tener reparo en que la ejecución dure lo que tenga que durar […]. ¿El paso del tiempo? Siempre está reflejado en lo escrito y lo pintado, el tiempo o la falta de tiempo. Me gusta el empleo del tiempo de manera no productiva; ser consciente de que estoy empleando un tiempo excesivo en hacer algunas de las obras. El hecho de saber eso, de que estoy gastando mi vida en hacer una obra, se ha ido convirtiendo en el eje de mi trabajo”, ha señalado el artista.

Néstor Sanmiguel

Néstor Sanmiguel Diest (Zaragoza, 1949), vive y trabaja en Aranda de Duero desde hace más de cincuenta años. Su práctica artística inicial se desarrolló en torno a acciones, documentos, pinturas, textos y manifiestos vinculados a colectivos como A Ua Crag y Red District. A partir de la década de1990 la pintura fue erigiéndose en el soporte exclusivo de su quehacer artístico. El trabajo de Sanmiguel Diest forma parte de las colecciones de la Power Plant, MACBA, Museo Reina Sofía y MUSAC, entre otros. Ha expuesto su trabajo en MUSAC (2007) y también ha participado en la reciente exposición Locus Solus: Impressiones de Raymond Roussel en el Museo Reina Sofía (MNCARS).